Y así, como un torbellino y sin darme cuenta, ha pasado septiembre.  El mes empezó con intensidad, con el bodón de S+R, cuya resaca duró varios días. Luego vinieron la vuelta al cole, mi cumpleaños y la primera mudanza, y digo primera porque temo que no va a ser la última… Uf! Mudanza… Palabras mayores. El mantra está claro: tira-recicla-guarda-empaqueta, pero, ¿y ponerlo en práctica sin pararse a pensar mucho ni perder demasiado tiempo? Ni siendo súper fan de las teorías de Marie Kondo he conseguido llevarlo a cabo. En la última casa que hemos vivido nos han pasado cosas realmente bonitas, como pasar a ser tres con la llegada de nuestra little princess o celebrar nuestra boda, pero es momento de evolucionar… Así que al primero se le une un segundo mantra: soltar, dejar ir, para dejar espacio a todo lo nuevo que está por venir, recibir y siempre, siempre, agradecer.

Y en medio de toda esta vorágine, llegaron las fotos oficiales hechas por Cualiti de las invitaciones de Sara y Ramon… ¡Pero qué trabajo tan elegante! Ahora, vistas con un poco de perspectiva, creo que todavía me gustan más.

 Invitaciones gingermoonweddings papelería 

Sara y Ramon son unos apasionados de la arquitectura. A ello dedican juntos cuerpo y alma, y su meticulosidad y personal visión del espacio hacen que de su estudio salgan auténticas maravillas. El reto de diseñar sus invitaciones estaba en encontrar el punto en común entre la sencillez y la elegancia de los dos con el toque rústico-natural romántico que habían elegido para la decoración de la boda.


 

Supimos que el reto estaba superado cuando contactamos con Pilu, de JDN Paper. Nos entendimos a la primera, y tras unos primeros borradores, enseguida dimos con la opción que les encajaría a Sara y Ramon.

La calidad, el tacto y la presencia del papel estaba claro que tenían que ser muy importantes. En formato cuadrado siempre, utilizamos papel de algodón de alto gramaje para la invitación principal. Sobre este papel estaba impresa toda la información en letterpress, con un tipo de letra muy sencillo que contrastaba con el logo de Sara y Ramon, que simulaba caligrafía.

La capa de información adicional iba impresa en el mismo tipo de papel que la invitación principal, pero de un grosor un punto inferior y para el mapa elegimos un papel vegetal, característico del mundo de la arquitectura.

Para acabar de redondear toda la invitación, el sobre, del mismo tono que la invitación, iba forrado a mano con un papel en tono azul, color que luego utilizaríamos en la mantelería del banquete. El broche final lo puso el sello de lacre con las iniciales de S+R.

   

A partir de estas maravillosas invitaciones, diseñamos las minutas y el resto de papelería de la boda. Como ya sabéis, lo más importante es que todo tenga sentido, que refleje la personalidad de cada pareja, que tenga un por qué, de esta manera, siempre será un diseño acertado.

Por mi parte solo me queda desearos, aunque con un poco de retraso, un feliz otoño y que sigáis acompañándome en todas mis aventuras.

¡Hasta la próxima!